Evangélica de pelo largo y falda larga. Te envidio por tu tranquilidad. Por tu limpio y tradicional historial. Eres de clase baja pero ya eres rica. Con tu aro de perla ficticia de quinientos pesos y tu ropa formal siempre impecable, nada de jeans apretados y pestañas postizas. Naciste en el barrio pero estar en el camino del Señor te da elegancia. Tu largo pelo negro siempre brilla y huele a bebé. Nunca le has dado ni le darás sin sabores a tus seres queridos. Para ti, toda ocación es importante y lo tomas con alegría, cómo la cena de navidad, el cumpleaños del sobrino o ir a comprar pan durante la mañana del domingo, tú te levantas impecable y perfumada mientras el mundo duerme en la resaca. Evangélica de nombre bíblico, que desde el vientre te tocaron pensamientos conscientes. Por tu juventud, tienes todo un futuro por delante y no desgastas tu belleza en excesos. Tus mejillas rosadas y uñas perfectas al estilo francés. Te observo tocando las puertas, te miro del brazo d...