El Santo

El ingeniero se tomó un descanso. Se saca los anteojos caros, de una marca exclusiva, que obviamente no son ray ban, porque cómo tan básico  y se hecho un chok de tequila  del bar de su oficina. Con su polera polo rosada divisa por el ventanal. Deja la reunión para más tarde. 

Está conociendo a una modelo que conoció en el antro. Es como Joan Smalls de Yoncé. Ya tu sabes que a ellos les importa más el estilo que las nalgas. La pasa a buscar al gym en su deportivo. Ellos son como los del comercial de nescafé tomando un capuccino en la montaña.

Ella usa unos gigantes lentes de nieve rosados con los cuales se desliza por el blanco cerro nevado.

Su vida siempre fue perfecta. Él nunca se entrometió en las travesuras de sus compañeros. Con las manos en sus bolsillos solo miraba de lejos y se reía de sus travesuras. Siempre preocupado de su peinado militar, pero no de soldado raso, sino de sargento. En su vida nunca hubo alti bajos, el equilibrio es su tónico. Nació hablando dos idiomas. El hacia asesoría a los cursos más bajos.

Ahora tiene 30 y es gerente de una gran empresa. Está como para un comercial de Carolina Herrera. Varias agencias lo han contactado pero es un hombre demasiado serio para esas cosas. Su modelo de alta costura es lo más farandulero en lo que se ha visto involucrado. Es el prototipo de sujeto que sale en los comerciales de gafas y perfumes. Vive en una ciudad infinita con una bahía repleta de sunsets. Hoy es viernes y decide salir más temprano. Hoy se desordena, no irá al gym. Pero siempre tiene al alcance mancuernas para ejercitarse por doquier. Quiere volverse loco bailando tech frente al sol naranja.

Cada año cambia de auto. Se le esta pasando el tren. Aun no se ha casado ni ha tenido hijos. Tiene que encontrar a la mujer perfecta, pero es difícil casarse con una sola para toda la vida habiendo tantas muñecas en la vitrina. Esto lo tiene estresado. Mira su Rolex y se pone hacer pesas en la oficina. Tiene un vuelo mañana temprano.

El es Roberto María, Juan Ignacio, Roberto Carlo-Roberto Carlo. Se codea con celebridades en eventos pero no se impresiona, o finge no hacerlo. Él es tan sano y detesta el humo, excepto si son de raperos famosos, porque a ellos se les permite todo, hasta le mandó una fumada, casi se desmaya. 

Está estresado, no sabe si comprar la mansión del este o del oeste. Sabe que no puede estresarse sino se pondrá calvo. El no podría vivir acá porque se robarían su auto. Donde vive él, todos tienen autos lujosos. Usa abrigos elegantes y zapatos lustrados, tomando su café cortado, esperando la reunión con los asiáticos, debe hablar bien el chino mandarín. Podrías confundir a su madre con su pareja. 

Muy gentil y de mente fría. El excel es su profesión. Billones y billones debe gestionar porque él anda con los peces gordos.

Hoy fue un día agitado, se hunde en una tina de hielo.  Ha viajado alrededor de todo el mundo. Ha probado todo tipo de platos extravagantes. Él no piensa en la muerte. No piensa en el sufrimiento ajeno. Él no es de sentimientos. No confundas gentileza con empatía. 

Me pregunto porque no nací así. Pero nadie puede evitar ser quien realmente Es. La esencia no se puede tapar. Se te sale por los poros. Hasta su sudor huele bien. Él se pone piyama para ir a dormir cada noche, yo duermo con ropa. Cómo puede sobrellevar tanto a cuestas. Pero ahí está la magia somos todos diferentes. Enamorarse es descubrir la Unicidad de cada Quien. 

 Como dice Lama Rinchen, cuando todo va bien en tu vida y eres altamente exitoso el camino espiritual no te llama la atención…hasta que estas en aprietos. Pero cuando él está en aprietos…es lo último que haría. Un trago de whisky y pasa. Un día lo vi pasando en su auto lujoso y nuestras miradas se cruzaron. Nuestras miradas contrarias. Lo contrario arde. Yo con un calcetín de un color y el otro diferente. Y tu poniéndote crema de día y de noche en el rostro. Porque sucede esto. Porque nos llama la atención lo desconocido. No quieras descubrir mi mundo ni yo tampoco el tuyo, no matemos la magia. No soy de compartir mi cama y mi mesa cada día excepto con mi Madre. Eres demaciado ajeno a mi pero tu fuego me quema.

La desordenada y el ordenado. Piensa en Kim que se caso con Kanye, que fuma toneladas de marihuana, mientras Kim se preocupa hasta de su pestaña. El matrimonio es un negocio. No tengo más que entregarte que mi imaginación, que es infinita. Puedo fingir millones de cosas, millones de personajes, estoy en todas partes, tengo todos los estilos, todas las edades.

>>Esta imaginación que me ha hecho sufrir y llorar de alegría. No la cambio ni por 4 yet privados. De que me sirve lo material sino tengo imaginación. Todos la tenemos pero me gusta cultivarla. Es tu deber dar tiempo a tu pasión. Tira toda la carne de soya a la parrilla.<<

Él una vez entró a un reality. Fue lo mas ordinario que hizo en su vida. Tuvo que desfilar alrededor de la piscina y mostrar sus bíceps. Cuando hablaba culturizaba a la gente. Tu crees que es solo un cuerpo bonito, pero tiene bastante léxico y buen perfume, del más caro. JAMÁS se pondría un aro en la oreja, eso es de naco.

El es así, su estilo es como de la realeza, ese es su lugar. Son los únicos que pueden estar a su altura. Jamas escucharía reggaeton. Y cuando tenga hijos, los vestirá con shorts y camisas a cuadrillé, porque el es así, de sangre azul. De seguro saldrá en la portada de revista Paula junto a su Esposa, vestidos de blanco. Sabe que la modelo es pasajera, por muy del alta costura que sea, no está a su altura. 

O quizás puede ser que también sea Gay, entonces su novio será igual de elegante y Guay que él.  Un hombre dedicado al diseño y la costura, que le arregle la corbata y tu ya quisieras estar entremedio de los dos. 

Él no haría algo tan informal cómo  cambiarse de trabajo cada vez, porque su jefe lo ama. A todo esto, su jefe es el rey del mundo. 

La cumbia le da alergia. No entiende como puede existir gente así. Pero casi nunca se lo plantea porque nunca se los topa. Odia que los animales se suban a su cama y tener pelos en la ropa. Y al perro le cepilla los dientes y lo baña una vez a la semana. La prolijidad es su segundo apellido.