Hoy la santa perfuma su almohada antes de dormir. Por supuesto que se lavó los pies con agua tibia y llamó a personas mayores. Luego se acostó a la luz de la lámpara y se puso a rezar por sus seres queridos y el mundo en general, no mentira, sólo por su familia, los demás que se mueran. La santa es una mezcla de delicadeza y malicia. Al levantarse con su bata de seda, se dirigió a la cocina y eligió cereales, leche, frutas, tostadas, en fin, un desayuno de santa arito de perla. Sin antes llamarle la atención a la nana porque había polvo en la cocina. ¿Se duchó antes o después? No sé qué será lo más correcto lo único que sé es que la crema de manos fue infalible y que se siente la suavidad de esas pantuflas rosadas rozando esa piel dorada.
La santa descubrió que su amiga era lesbiana y se alejó. La santa se rió de mí porque andaba mal vestida. La arito de perla se ríe de mí, algún día le rajo la oreja. A veces la santa se pone bien nazi. Se indigna por todo pero hace cosas bien indignantes. Cuándo te entenderé santa por dios. Usa un dolce gabbana cítrico, como ella, ácida. La santa se saca puros 7 y en su tiempo libre crea redes sociales para hundir a la que le cae mal. Le mandó estiércol de perro a su puerta. A veces la santa rompe los límites. Ahora está con psicólogo. Otra cosa ruda que hace la santa es escuchar Eminem. Y matarse en la clase de spinning en el gym, porque claramente, tiene que ganarle a la perra de al lado. La santa no se obsesiona, solo vive en modo automático. Quiere que acaben pronto las clases para ir a la tienda. Sólo es, se suelta y las mariposas se cuelan sobre ella. La santa lo tiene por siempre enamorado.

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